lunes, 16 de julio de 2012

Procesos de Integración


Los procesos de integración se han constituido en una demanda prioritaria dentro del marco de la globalización.
En éste marco América Latina ha perdido relevancia en cuestiones políticas y estratégicas. La fragmentación de la región la hace más vulnerable a los impactos de la globalización.
Durante las dos últimas décadas hubo múltiples iniciativas para conformar acuerdos de libre comercio, uniones aduaneras o sistemas de integración pero el resultado fue un exceso de iniciativas de procesos de integración que en vez de articular una visión global de América Latina la han fragmentado.



Los procesos de integración de América Latina y el Caribe.
Hay tres grandes procesos de compactación comercial e integración regional: el Plan Puebla Panamá (PPP), el ALBA y la UNASUR. Estos proyectos se superponen a instituciones político-comerciales de cada una de las subregiones: Comunidad del Caribe (Caricom), el Sistema de Integración Centroamericano (Sica), la Comunidad Andina de Naciones (Can) y el MERCOSUR. La única iniciativa que engloba la totalidad de los países de América Latina y el Caribe es el Grupo de Rio.

Principales desafíos de la integración
Se dan en tres dimensiones:
Desafíos estructurales: crecimiento económico, pobreza y desigualdad, falta de cohesión social, débil proyección internacional, transnacionalización negativa;
Desafíos políticos: consolidación democrática, nuevo mapa político, construcción de una identidad compartida y un sentido de comunidad;
Desafíos institucionales: se refieren a la calidad, diseño y funcionamiento de las instituciones supraestatales. Hay buenos diseños pero con poca fortaleza y consistencia.

¿Cómo superar las dificultades? El punto de partida es construir una visión compartida. “La integración como proyecto político estratégico, que le permita a la región tener una sola voz y posicionarse de mejor manera en el sistema internacional, tiene como uno de sus principales condicionantes construir una agenda efectiva para la concertación (…) Las agendas son esenciales para concretar políticas (…) La voluntad política define los temas principales y la agenda los prioriza (…) La construcción de una agenda común y un mayor impulso a los proyectos de cooperación regional son imprescindibles para afrontar los grandes retos que América Latina tiene ante sí: el combate contra la exclusión y la desigualdad, la lucha contra el narcotráfico, la consolidación de la democracia (…) [Rojas Aravena, 2008]

A partir de la crisis internacional se plantea un nuevo panorama para el accionar de los procesos de integración.
El crecimiento 2003-2008 permitió tener activos acumulados que junto a los recursos estratégicos, agua y minerales, una gran potencia alimentaria.
En este contexto hay cuatro puntos centrales para el progreso regional:
-          Conectividad (infraestructura y corredores bioceánicos)
-          Coordinación energética (petróleo, gas, nucleoelectricidad, biocombustibles)
-          Superación de la pobreza y la desigualdad
-          Integración a la sociedad del conocimiento (coordinación de universidades)
Es necesario un proyecto integrador que basado en la unidad y el consenso, asentado en la complementación económica permita fortalecer a la región y encaminarse en el desarrollo humano.





Sin duda, la UNASUR es la mayor propuesta para el fortalecimiento de Sudamérica para garantizarle mayor ingerencia en las decisiones internacionales. En 2011 entró en vigor el Tratado Constitutivo de la UNASUR que le otorga al bloque personalidad jurídica internacional siendo una integración política sin sustituir a las anteriores.
Solo resta esperar el desenvolvimiento en el futuro pero al parecer es un paso bastante firme dentro de los diversos procesos de integración regional.

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