En América la actividad pesquera se ha transformado en una
importante
actividad económica, generadora de empleo e ingresos para
una gran cantidad de familias. Asimismo ha alcanzado a ser una importante
fuente para mantener la seguridad alimentaria a nivel mundial, haciendo además
un aporte nada despreciable a las economías latinoamericanas.
Geográficamente una de las principales zonas pesqueras lo
constituye la región del Pacífico Oriental, Perú y Chile, con capturas que
oscilan entre 9,5 y 21,5 millones de toneladas anuales. Las principales
especies objetivo lo constituyen las pelágicas, al concentrar más del 60% de
las capturas de la región. Las especies pelágicas son altamente atractivas en
términos monetarios, ya que por sus características físicas son usadas
fundamentalmente por la industria reductora de harina y aceite de pescado.
Sin embargo, según datos de la FAO, la actividad pesquera en
América Latina se está desarrollando en base a una preocupante sobreexplotación
de los recursos marinos. Mientras entre 1980 y 1990 la tasa de crecimiento
promedio de las capturas en América Latina era de un 7,29% para las especies
pelágicas y de un 3% para las especies demórales, entre 1990 y el 2001, las
tasas de crecimiento promedio de las capturas eran sólo de un 0,96% para ambas
especies. Esto se ha producido porque las decisiones de pesca se han tomado
históricamente en base a criterios economicistas de corto plazo, amparados en
concepciones económicas ortodoxas que no consideran el aporte del capital
natural a los procesos productivos.
Los métodos de pesca varían de acuerdo a la región, la
especie explotada y la capacidad económica y tecnológica de los pescadores. Una
pesquería puede ser una actividad de un solo hombre con un bote y nasas de uso
manual, hasta una flota de barcos pesqueros y factorías flotantes capaces de
procesar toneladas de pescado cada día. Algunas de las técnicas comerciales más
comunes hoy en día son la pesca de arrastre, las almadrabas, los palangres y
las redes agaleras.
Zonas de pesca mundial:
Existen varias pesquerías de importancia mundial para
diversas especies de peces, moluscos ycrustáceos. Sin embargo una cantidad muy
limitada de especies componen los volúmenes más importantes de las pesquerías
mundiales. Entre ellas están las pesquerías de arenque, merluza,sardina, atún,
rodaballo, lisa, calamar, gamba, salmón, cangrejo, langosta, ostra y vieiras.
Todas excepto las últimas cuatro que representan una captura global. Por encima
del millón de toneladas en 1999, y tan solo el arenque y las sardinas
constituyen un volumen de captura de más de 22 toneladas métricas en 1999.
Muchas otras especies son explotadas en pesquerías locales o globales pero
representan volúmenes de captura considerablemente más bajos.
La situación actual es que el exceso de capacidad de pesca
prevalece en la mayoría de los países pesqueros más importantes del mundo. La
consecuencia inmediata no es sólo sobrecapacidad en términos de capital, mano
de obra e insumos asignados a una pesqueríen particular, sino también una
creciente amenaza a la sustentabilidad de los recursos. Por tanto, existe una fuerte
necesidad de ordenar el exceso de capacidad
Pesquera si se desea que las actividades pesqueras se
realicen de forma sustentable y socioeconómicamente eficiente. Sin embargo, hay
una grave carencia de experiencias bien documentadas en América Latina (estudios
de casos), sin mencionar además, la escasez de esfuerzos para profundizar en el
desarrollo de metodologías y herramientas para este propósito en el contexto
regional.
Se espera que esta publicación permita mejorar la
comprensión de los posibles factores biotecnológicos, tecnológicos, económicos,
institucionales y humanos que causan la dimensionamiento de su magnitud, una
mejor comprensión de su dinámica, las Consecuencias y las opciones para tratar
con este problema.
Diversos elementos importantes que determinan la capacidad
de pesca, sus
Consecuencias y opciones se discuten a lo largo de los
artículos. Los trabajos de Ehrhardt, enfatizan la necesidad de considerar
cambios globales medioambientales asociados a la abundancia (y reclutamiento)
de camarones especialmente en América tropical y subtropical, dónde los cambios
son los mayores. También, él muestra las importantes implicancias de la
«conectividad» regional entre los stocks de langosta (la langosta espinosa)
compartida por dos o más naciones, que eventualmente llevan a un de facto
«cuasi-libre acceso» entre los países y la necesidad de lograr acuerdos
efectivos entre países dónde los stocks abundan. Los datos de Nicaragua y
Guatemala ilustran la primera situación mientras las inter-acciones entre las
capturas en Brasil, Cuba, Bermudas y México refleja el segundo problema. La
conclusión resultante es que se hace necesario mayores puntos de referencia
para así evitar el riesgo de pérdidas económicas debido a grandes cambios
ambientales inesperados.
En una línea similar de análisis, el trabajo de Seijo
presenta una aproximación metodológica y modelos para estimar el riesgo de
exceder puntos de referencia (biológicos y económicos) en pesquerías
secuenciales como los bacalaos en México, debido a la sobrecapacidad. Realiza
además, un análisis de estrategias alternativas de manejo, mostrando que bajo
condiciones de libre acceso en la pesquería del bacalao estudiada existe un
alto riesgo de exceder los puntos de referencias biológico y económicos (40 y 60
por ciento respectivamente), aunque como es de esperar, el riesgo de exceder el
punto de referencia económica es mayor que para los biológicos. Además,
argumenta que si solo se lograse una reducción de 20 por ciento en la capacidad
(licencias), la probabilidad de exceder el punto de referencia (riesgo) se
vuelve cercano a cero mientras al mismo tiempo, se maximizan las rentas
potenciales.
El trabajo de Agüero et al., señala también el fenómeno de
pesquerías «encadenadas», en las que restricciones al esfuerzo en una pesquería
como la del jurel y posteriormente la merluza en el centro-sur de Chile, genera
transferencias de la capacidad excesiva a pesquerías encadenadas a estas como
son la sardina y anchoveta, trasladando al mismo tiempo, los problemas de sobrecapacidad
a estas pesquerías adyacentes.
Áreas pesqueras protegidas en Norteamérica:
http://www.mpa.gov/dataanalysis/mpainventory/mpaviewer/mpaviewer.swf
Sobreexplotación: